DEL JEFE DIEGO

No sé exactamente qué haya pasado con el exdiputado panista Diego Fernandez de Ceballos. Los medios de comunicación y periodistas han manifestado su postura y han calificado el hecho según su conveniencia; está quienes dijeron que todo es una farsa, otros que dan seguimiento a los aconteciminetos sin expresar una inclinación y, por su puesto, los que lamentan lo sucedido.

Ahora, lo que yo pienso es que el secuestro es algo grave, un delito que se ha posicionado rápidamente en la mente de los habitantes de México como uno de los más temidos, de ésas trasgresiones que no esperas que le pase ni a amigos (obviamente) ni a enemigos. Y, en el caso de el jefe Diego, siendo cierto o no la privación de la libertad, no debería ser tomado tan absorbentemente como ha sido, recordando que al señor se le haya calificado de corropto, malversado, poderoso y mafioso, es decir, delincuente.

En caso de ser verdad, que el pueblo se indigne porque, aunque sea una figura pública, Diego Fernández de Ceballos es un ciudadano de una nación en la que supuestamente todos somos iguales, y que las cámaras y poder judicial se movilice ante la violación de los derechos de UNA sóla persona, es injusto para todos los otros que han sufrido de lo mismo. En caso de ser falso, que el pueblo se indigne porque entonces los políticos son manchados por sujetos como estos, lo que favorece su fama de cínicos, impúdicos y desvergonzados. Si la nación no hace nada nunca entonces para todos nosotros, la plebe, lo que sí somos iguales y a quienes nos desfavorecen todas las idioteces que la clase del poder hace igual y...



Chingo a su madre!!


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