El pasado 7 de junio se celebró el día de la libertad de expresión, esta facultad con la que contamos todos los individuos nos demos cuenta o no. Si bien, estamos limitados por otras normas, también hay que agregar que muchos son silenciados por la intimidación, por el miedo, por el desconocimiento, por quedar bien con otros, por dinero, en fin, un sinfín de situaciones pueden mermar la plenitud del desarrollo de este derecho consagrado.
En un evento en el hotel hilto de villahermosa, conocidos se acercaron a mí felicitándome y saludándome ese día en el que los comunicadores nos sentimos honrados (y casi ruborizados) por las muestras de agradecimiento de nuestro público (ay mojo artista). Y es que, a pesar de que la celebración se relaciona directamente con quienes se desarrollan en los medios, debe ser un motivo de celebración de todos en el mundo.
Gracias a todos quienes reconocieron mi trabajo, y a quienes me felicitaron, aceptándome dentro del gremio periodístico y como compañero. El legado es grande, y el camino tampoco es nada corto; mi abuelo, mi padre y madre, ejercen (o ejercieron) el periodismo, y por tanto, mi camino será seguirlos; prometo no sólo ser quien siga “la tradición” sino mejorarla, especializarla, profesionalizarla y llegar a niveles que seguramente desean. Aquí empiezo mi camino, y terminará cuando deje este mundo.
Felicidades de mi parte a todos ustedes que se expresan de la manera que sea en este moderno descubrimiento que es internet. Ojalá todos puedan usar las ventajas de este medio, y no dejen de callar y decir lo que sienten. Eso sí, saben que su derecho termina donde empieza el del otro, no se valen calumnias, mentiras, falacias y estulticias. Todos tenemos la capacidad y el poder, sólo hay que saberla usar. Si no podemos respetarnos y respetar a los demás entonces...
Chingo a su madre!!
No te gusto? quejas acá
Visto en
No hay comentarios.:
Publicar un comentario